Chernóbil, ¿cómo fue el accidente?
Preguntas y respuestas

Chernóbil, ¿cómo fue el accidente?

El accidente de Chernóbil fue una combinación de un mal diseño de la central nuclear, que además no disponía de un recinto de contención, junto con los errores producidos por los operadores de la misma.

La falta de una “cultura de seguridad”, consecuencia a su vez de la falta de un régimen político y social democrático en la Unión Soviética, está en la raíz del accidente de Chernóbil.

El diseño de un reactor del tipo RBMK no hubiera sido nunca autorizado en los países occidentales

Causas

El accidente de Chernóbil fue una combinación de un mal diseño de la central nuclear, que además no disponía de un recinto de contención, junto con los errores producidos por los operadores de la misma, dejando fuera de servicio voluntariamente varios sistemas de seguridad con el fin de realizar un experimento, en el marco de un sistema en el que el entrenamiento era escaso, y en el que no existía un organismo regulador independiente.

La Unión Soviética no tenía un sistema independiente de inspección y evaluación de la seguridad de las instalaciones nucleares, es decir, un organismo regulador, como en los países occidentales.

El diseño de un reactor del tipo RBMK no hubiera sido nunca autorizado en los países occidentales. De hecho, nunca se ha construido un reactor de este diseño fuera de la antigua Unión Soviética.

Las prácticas operativas de los reactores soviéticos no eran homologables a las de los países occidentales. En éstos, no hubieran sido nunca permitidas.

Efectos y estudios

Los efectos del accidente de Chernóbil han sido evaluados por organismos internacionales, fundamentalmente el OIEA y la Organización Mundial de la Salud, que han hecho públicos los resultados de su investigación y que se resumen a continuación:

Según el informe de la Organización Mundial de la Salud “Chernóbil, la verdadera escala del accidente” realizado a mediados de 2005, no llegan a 50 las defunciones atribuidas directamente a la radiación liberada por el accidente de Chernóbil; casi todas las muertes directas del accidente fueron de trabajadores de servicios de emergencia que sufrieron una exposición intensa y fallecieron a los pocos meses del accidente.

Este mismo informe indica que la contaminación provocada por el accidente ha causado alrededor de 4.000 casos de cáncer de tiroides, principalmente en personas que eran niños o adolescentes en el momento del accidente, y al menos nueve niños han muerto de cáncer de tiroides; con todo, la tasa de supervivencia entre las víctimas del cáncer, a juzgar por la experiencia en Bielorrusia, es de casi el 99%.

En total, hasta 4.000 personas podrían morir a causa de la radiación a la que se vieron expuestas a raíz del accidente ocurrido en la central nuclear de Chernóbil, según las conclusiones a que ha llegado un equipo internacional integrado por más de 100 científicos.

Uno de los daños más importantes producidos en la población es el impacto psicológico derivado del desconocimiento del efecto de la radiación y las informaciones incorrectas que se prodigaron.

Los ecosistemas afectados por el accidente de Chernóbil se han estudiado y vigilado ampliamente en los dos últimos decenios. Durante los primeros diez días hubo grandes emisiones de radionucleidos que contaminaron más de 200.000 kilómetros cuadrados de Europa.

Después del accidente, las compañías eléctricas del mundo propietarias de las centrales nucleares fundaron la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO)

Clausura

En diciembre de 2000 se paró definitivamente la unidad 3, la última que quedaba en funcionamiento. El Gobierno ucraniano accedió al cierre tras llegar a un acuerdo económico con Euratom, el Gobierno ruso y el Banco Europeo para la Reconstrucción y Desarrollo, para completar la construcción de los reactores nucleares Khmelnitski 2 y Rovno 4. La electricidad producida en estas centrales sirve para satisfacer las necesidades energéticas del país. Los reactores del Este de Europa, incluyendo los RMBK, han sido mejorados con una gran ayuda occidental.

Después del accidente de la central nuclear de Chernóbil, las compañías eléctricas del mundo propietarias de las centrales nucleares fundaron la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO), con el objetivo de alcanzar los más altos niveles de seguridad y fiabilidad en la operación de las centrales nucleares, a través del intercambio de información técnica, de la comparación, emulación y comunicación entre sus miembros.

En julio de 2007 se creó por iniciativa de la Comisión Europea el llamado High Level Group on Nuclear Safety and Waste Management para ayudar a la UE a alcanzar sus objetivos en el campo nuclear y a que, si bien es decisión de cada estado miembro apostar o no por esta fuente de energía, la cuestión de la seguridad nuclear y los residuos radiactivos conciernen a todos. Este grupo ayudará a la Comisión Europea a desarrollar normas europeas referentes a la seguridad en las instalaciones nuclear y el tratamiento seguro del combustible gastado.

Los países occidentales han seguido poniendo nuevas unidades en operación después del accidente de Chernóbil y programas adicionales de nueva potencia nuclear se están desarrollando fundamentalmente en los países asiáticos, en los que se experimenta un gran incremento de la demanda de energía eléctrica.

¿Puede repetirse un accidente nuclear como el de Chernóbil?

En el accidente de la central de Chernóbil se dieron una serie de circunstancias irrepetibles en las centrales occidentales. La falta de una cultura de seguridad, no contar con un organismo regulador y el hecho de que prevaleciera el poder político frente al conocimiento tecnológico, condujeron al accidente. A esto se une que este tipo de central, un reactor RBMK, no disponía de un recinto de contención donde habría quedado confinada la radiactividad, ya que el diseño no permitió la recuperación del control del reactor para evitar así la emisión de productos radiactivos a la atmósfera. Además, este tipo de reactor nunca habría obtenido la autorización para funcionar en los países occidentales. Desde este accidente, o bien se han parado definitivamente este tipo de reactores o se han perfeccionado gracias a los programas de mejora de la Unión Europea (en los que también ha participado la industria nuclear española), Estados Unidos y Japón.

El programa de restauración de Chernóbil está financiado por 29 países que contribuyen al Fondo para el confinamiento de Chernóbil

El gran sarcófago de Chernóbil

El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania anunció en noviembre de 2011 que había suficientes compromisos financieros para comenzar la construcción del nuevo sarcófago que cubrirá el reactor de Chernóbil, que en 1986 sufrió el mayor accidente nuclear de la historia.

El programa de restauración de Chernóbil está financiado por 29 países que contribuyen al Fondo para el confinamiento de Chernóbil, constituido en 1997 y administrado por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. La financiación permitirá también construir un almacén para el combustible usado de las otras tres unidades de Chernóbil, que contendrá en 2015 más de 200.000 elementos combustibles.

Actualmente, se ha completado una primera fase para la construcción del nuevo sarcófago estanco (llamado Nueva Contención Segura o NSC), que cubrirá el primer sarcófago, construido apresuradamente para contener los restos de la unidad 4 de esta central tras el accidente de 1986.

Esta primera fase, que marca el principio de la construcción, ha consistido en la elevación hasta 22 metros del arco superior de un primer módulo, formado por la unión de varios arcos más estrechos, y ha sido dotado de un revestimiento estanco, con un peso total de unas 5.300 toneladas. Cuando se completen las secciones intermedia e inferior del módulo se irán soldando gradualmente entre sí, elevándose el conjunto hasta alcanzar la altura de 108 metros. El módulo completo será llevado sobre una pista de hormigón hasta colocarse frente al antiguo sarcófago.

El segundo módulo se construirá a continuación por el mismo procedimiento y se colocará después del primero. Previamente se instalarán en la zona del antiguo sarcófago las grúas y maquinaria necesaria para las operaciones de desmantelamiento y la retirada de material, que se ejecutarán más tarde por control remoto desde el exterior del nuevo sarcófago.

Por último, se unirán los dos módulos y se colocarán sobre el sarcófago anterior mediante gatos hidráulicos. Se colocarán, así mismo, dos paredes laterales de cierre.

La Nueva Contención Segura, una vez instalada, tendrá unas dimensiones de 108 metros de alto, 257 metros de ancho y 150 metros de longitud y pesará unas 30.000 toneladas. El edificio será hermético tanto para proteger el interior de fenómenos atmosféricos exteriores como para impedir la salida incontrolada al exterior de combustibles y materiales contaminados que se vayan manipulando para su disposición. Sin embargo, el edificio no está diseñado como blindaje, por lo que las operaciones desde el exterior tendrán que ejecutarse con la debida protección del personal contra las radiaciones gamma.

La construcción de NSC y la instalación de los sistemas estarán terminadas antes del final de 2015. Todo el sistema está diseñado para durar más de 100 años y se espera que el desmantelamiento total esté terminado para entonces.

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