
WEO 2019. Los reactores nucleares en funcionamiento son una de las fuentes más competitivas de energía limpia
El informe anual World Energy Outlook 2019 realizado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) subraya la imparable subida de CO2 que se producirá en las próximas décadas si los gobiernos no comienzan a implantar medidas más ambiciosas para la lucha contra el cambio climático. Así mismo, las tecnologías y combustibles han de jugar un importante papel en todos los sectores de la economía.
La AIE señala la energía nuclear como elemento clave, "la extensión de vida y la continuidad de la operación de los reactores nucleares en funcionamiento son una de las fuentes más competitivas de energía limpia", aseguran desde la propia Agencia.
El informe propone tres escenarios para el mix mundial en 2040: el Escenario de Políticas Declaradas (anteriormente llamado Escenario de Nuevas Políticas) –que contempla el impacto de las políticas existentes de los gobiernos y los compromisos en demanda, abastecimiento e inversiones-, el Escenario de Políticas Actuales –que solo incluye las políticas aprobadas, proporcionando un estándar de comparación- y el escenario de Desarrollo Sostenible –que identifica una hoja de ruta coherente con los principales objetivos de sostenibilidad relativos a la energía, calidad del aire, incluyendo la disponibilidad de electricidad para todos en 2030-.
Las inversiones en energía nuclear se doblan respecto a los niveles actuales, dedicándose más de un 10% de las mismas a la extensión de la vida operativa de los reactores
En el Escenario de Políticas Declaradas, la generación eléctrica de origen nuclear crece desde los 2.718 TWh de 2018 a 3.073 TWh en 2030 y a 3.475 TWh en 2040, representando el 8% del total de la electricidad demandada, frente al 10% del pasado año. Y en el de Desarrollo Sostenible aumentará hasta 3.435 TWh en 2030 y hasta 4.409 TWh en 2040 –el 11% del total-, con un incremento medio anual de la potencia instalada de 15 GW, por encima de los 11 GW puestos en marcha en 2018.
En este último escenario, las inversiones en energía nuclear se doblan respecto a los niveles actuales, dedicándose más de un 10% de las mismas a la extensión de la vida operativa de los reactores en funcionamiento.
La Agencia resalta también la importancia de "las decisiones políticas y regulatorias para el destino de los reactores nucleares, especialmente en los países desarrollados, en los que la edad media de los reactores es de 35 años. Sin inversiones en la extensión de la vida operativa o en la construcción de nuevas unidades, la potencia nuclear podría disminuir en un 66% entre 2018 y 2040, con importantes implicaciones para el desarrollo sostenible y la competitividad económica". Según el informe, si eso ocurriera, serían necesarias de aquí a 2040 inversiones por valor de 1,6 billones de dólares en energías renovables para compensar una menor potencia nuclear.