
Las centrales nucleares japonesas podrán operar más allá de 60 años
El Gobierno de Japón ha aprobado una serie de cambios legislativos con el objetivo de permitir que sus centrales nucleares puedan operar más allá del límite actual establecido en los 60 años. Esta iniciativa se enmarca dentro de un plan con el que se pretende reducir las emisiones de CO2 sin poner en riesgo el suministro energético del país.
Estas medidas deberán ser ratificadas por el Parlamento y concederán al Gobierno la autoridad para otorgar, tras un riguroso análisis de cada caso, la ampliación de las licencias de operación sin el límite actual.
Tras un riguroso análisis de cada caso, las centrales nucleares japonesas podrán superar los 60 años de operación y sin límite de tiempo establecido
Para reforzar la seguridad de los reactores más antiguos, el organismo regulador japonés, la Nuclear Regulation Authority (NRA) los someterá a inspección, como máximo cada 10 años, a partir de los 30 de servicio. Si es favorable, las centrales podrán seguir en funcionamiento más allá de los 60 años y sin límite establecido.
Con el Proyecto de Ley de transformación verde que el Gobierno japonés ha presentado al Parlamento pretende acelerar la descarbonización de la economía y la sociedad. El objetivo marcado establece que en 2030 las tecnologías renovables cubran del 36 al 38% de la demanda eléctrica y la nuclear del 20 al 22%.
El Gobierno de Japón apuesta por la energía nuclear para reducir las emisiones de CO2 al tiempo que asegura el suministro energético
Antes del accidente de la central de Fukushima-Daiichi, las 54 plantas nucleares japonesas suministraban cerca del 30% de la electricidad del país, cifra que en 2021 se situó en el 7,2% según datos del Organismo Internacional de Energía Atómica.
Sin el recurso a la nuclear, el país necesitaría importar la mayor parte de la energía que consume, con el consiguiente impacto en su economía y competitividad, particularmente en sus industrias básicas que se verían obligadas en gran medida a deslocalizar sus centros de producción.
Para afrontar esta realidad, que a su vez ha dado lugar a un progresivo cambio en la opinión pública respecto a la energía nuclear, el Gobierno nipón ha propuesto estas medidas legislativas que revierten las adoptadas tras el accidente de Fukushima y que limitaban las licencias de operación de sus reactores a 40 años, con la posibilidad de alcanzar los 60 si se llevaban a cabo ciertas modificaciones.
La fuerte dependencia de la energía nuclear y la necesidad de descarbonización han provocado un cambio en la opinión pública y el Gobierno nipón con respecto a esta fuente de generación
A esta apuesta por la nuclear se suma la política anunciada en agosto del año pasado para acelerar la puesta en servicio de las unidades todavía paradas y maximizar el uso eficiente de todas sus centrales.
Además se desarrollarán proyectos con reactores de nueva generación, entre los que se encuentran los modulares pequeños (Small Modular Reactors o SMR), con el objetivo de que las primeras unidades puedan estar en servicio en la década de 2030.