
Técnicas láser aplicadas a los residuos radiactivos
El Nobel de Física Gérard Mourou, uno de los galardonados en esta edición de los prestigiosos galardones por sus investigaciones en el campo de la física del láser, ha revelado que uno de sus proyectos de investigación se centra en intentar acortar la vida de los residuos radiactivos, según recoge la agencia de noticias EFE.
"Es algo en lo que estamos trabajando y no será para mañana", indicó el físico francés a EFE, que reconoce la dificultad de la investigación. Uno de los usos más populares es su aplicación médica para corregir la miopía pero su versatilidad es tan diversa y amplia que podría aplicarse en otras muchas disciplinas.
La técnica creada por Mourou y la canadiense Donna Strickland reconocida con el Premio Nobel de Física 2018, se conoce como CPA y consiste en tomar un pulso de láser ultracorto, alargarlo en el tiempo, amplificarlo y comprimirlo de nuevo, lo que multiplica su intensidad de forma notable.
Los residuos radiactivos no sólo se generan en las centrales nucleares sino también en otras instalaciones como hospitales, centros de investigación o industrias
Este tipo de láser tiene ya 35 años pero cada vez se están descubriendo más aplicaciones, tal y como reconoce Gérard Mourou, quien señala que cientos de laboratorios trabajan con el CPA y cita específicamente al español Centro de Láseres Pulsados de Salamanca.
El científico francés trabaja también para "intentar reducir aún más el tamaño del láser", con la "ambición" de crear aceleradores de partículas con una circunferencia de unas decenas de centímetros, frente a los 27 kilómetros de diámetro que tiene el Gran Colisionador de Hadrones (LHC por sus siglas en inglés) ubicado en las instalaciones de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN).
Los residuos radiactivos no sólo se generan en las centrales nucleares sino también en otras instalaciones como hospitales, centros de investigación o industrias. Se clasifican en tres tipos: residuos de muy baja actividad, de baja y media actividad y de alta actividad.
En España, los residuos radiactivos de alta actividad generados suponen menos de una milésima parte de todos los residuos tóxicos y peligrosos. Están perfectamente vigilados, controlados y gestionados por una empresa pública creada a tal efecto, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). En la actualidad, existe solución técnica para el almacenamiento temporal, la reutilización del combustible irradiado y su disposición final.