
¿Cómo se gestionan los residuos radiactivos?
El objetivo fundamental de la gestión de los residuos radiactivos es proteger a los seres humanos (público y trabajadores) y al medio ambiente mediante la aplicación de tecnologías y medios de acuerdo con las normas legalmente establecidas.
En España, según la Ley 54/1997, se define residuo radiactivo como “cualquier material o producto de desecho para el cual no está previsto ningún uso, que contiene o está contaminado con radionucleidos en concentraciones o niveles de actividad superiores a los establecidos por el Ministerio competente previo informe del Consejo de Seguridad Nuclear”.
Aunque la producción de energía eléctrica es la utilidad más habitual de la tecnología nuclear, también tiene otras muchas aplicaciones -en medicina, agricultura y alimentación, investigación, arte o industria- en las que se generan residuos radiactivos que se clasifican en tres tipos: de muy baja actividad, de baja y media actividad y de alta actividad y combustible irradiado o usado.
Existen residuos radiactivos de muy baja, baja, media y alta actividad que se gestionan con todas las medidas de seguridad
El objetivo fundamental de la gestión de los residuos radiactivos es proteger a los seres humanos (público y trabajadores) y al medio ambiente mediante la aplicación de barreras tecnológicas de acuerdo con las normas legalmente establecidas. España dispone de las instalaciones necesarias para acondicionar, tratar y almacenar de forma segura y eficaz los residuos radiactivos.
Además, el Consejo de Ministros del Gobierno de España aprueba periódicamente el Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), documento en el que se recogen las estrategias y actividades para llevar a cabo dicha gestión -tanto desde el punto de vista administrativo como técnico y económico-financiero-, que es realizada por la empresa pública Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa).
España dispone de las instalaciones necesarias para acondicionar, tratar y almacenar de forma segura y eficaz los residuos radiactivos.
Etapas y tipo de almacenamiento
La mayor parte de los residuos radiactivos generados en España –cerca del 95%- son residuos de muy baja, baja y media actividad. Estos se almacenan de forma definitiva en el almacén centralizado de El Cabril en Hornachuelos (Córdoba), que inició su operación en octubre de 1992.
El sistema de almacenamiento en El Cabril se basa, fundamentalmente, en la interposición de barreras de ingeniería (contenedores y celdas de hormigón) y barreras naturales y artificiales (capas de cobertura) que aíslan de forma segura los residuos radiactivos durante el tiempo necesario para que se conviertan en sustancias inocuas.
El Cabril, localizado en la provincia de Córdoba, almacena los residuos radiactivos de muy baja, baja y media actividad producidos en España
En cuanto al combustible irradiado o gastado generado en la operación de las centrales nucleares –y los otros residuos de alta actividad- es preciso que existan instalaciones temporales intermedias en la que pierda la mayor parte de su energía residual antes de ser depositado en un almacenamiento definitivo.
Los elementos combustibles irradiados extraídos del reactor nuclear en cada parada de recarga se almacenan inicialmente, de forma temporal, bajo agua en la piscina de acero y hormigón construida al efecto dentro de las instalaciones de la central nuclear.
Si se satura la capacidad de almacenamiento de la piscina, los elementos combustible irradiados se trasfieren a contenedores en seco (fabricados en hormigón y acero) que se depositan sobre la losa de hormigón armado de la que consta el denominado Almacén Temporal Individualizado (ATI), que se localiza físicamente dentro del emplazamiento de la central.
En España existen ATIs en operación en las centrales nucleares de Trillo, Ascó, Almaraz, Cofrentes y José Cabrera (en desmantelamiento). Santa María de Garoña (en predesmantelamiento) ha finalizado el suyo, pero aún no está en operación.
Pasados unos años, los elementos combustibles irradiados generalmente son transferidos a un Almacén Temporal Centralizado (ATC), donde se mantienen durante un plazo de entre 60 y 100 años hasta su disposición definitiva. Se trata de una instalación industrial pasiva en la que se almacenan en seco de forma conjunta todos los elementos combustibles irradiados producidos en las distintas centrales del parque nuclear. La tecnología empleada asegura el confinamiento mediante una ventilación por bóvedas y un aislamiento de hormigón.
Mediante estas diferentes etapas de almacenamiento temporal, se facilita el manejo del combustible irradiado gracias a la progresiva reducción del nivel de radiactividad que posee cuando se extrae del reactor. El objetivo es reducir dicho nivel a una milésima parte para cuando se lleve a cabo su almacenamiento definitivo, que se realizará en el denominado Almacenamiento Geológico Profundo (AGP), estructuras de ingeniería mediante pozos y túneles en formaciones geológicas estables a gran profundidad.