Técnicas nucleares para reducir la degradación de los ecosistemas terrestres
A fondo - 01 de septiembre, 2021

Técnicas nucleares para reducir la degradación de los ecosistemas terrestres

Un ecosistema es un sistema biológico constituido por una comunidad de seres vivos y el medio natural en el que viven. Los ecosistemas abarcan toda la naturaleza, desde las cimas de las montañas hasta las profundidades del océano, los humedales, los bosques y los cultivos. Su equilibrio permite gozar de un clima estable, aire puro, agua potable y alimentos nutritivos. Su desequilibrio influye, entre otras cosas, en el cambio climático, la acidificación de los océanos, la escasez de recursos hídricos y de alimentos y la pérdida de biodiversidad.

El desequilibrio de los ecosistemas influye en el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, entre otros aspectos

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas, ayuda a los países a emplear técnicas nucleares e isotópicas para entender, fortalecer y restaurar los ecosistemas.

“El OIEA favorece el perfeccionamiento y la transferencia de tecnologías de vanguardia para detectar y medir cambios medioambientales sutiles que afectan a los ecosistemas y a los beneficios que proporcionan”, indica Rafael Mariano Grossi, su Director General. “Por ejemplo, las sondas de neutrones de rayos cósmicos pueden ayudar a entender y a hacer modelos de patrones de la humedad del suelo en ecosistemas vulnerables, como las montañas”, añade.

El OIEA ofrece tecnologías de vanguardia para detectar y medir cambios medioambientales que afectan a los ecosistemas

Las investigaciones del OIEA, en colaboración con otros organismos científicos, proporcionan estrategias y herramientas de mitigación relacionadas con la gestión de los recursos naturales y la conservación de los ecosistemas, especialmente en el entorno de las montañas, el suelo y los océanos.

Evaluación y mitigación de los efectos del cambio climático en las montañas

Las montañas, una de las principales reservas de agua del mundo, son uno de los ecosistemas más afectados por el cambio climático. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), una de cada dos personas del planeta depende de una forma u otra del agua de las montañas para beber, obtener energía y producir alimentos.

El OIEA y la FAO cooperan desde hace años para estudiar los efectos del cambio climático en los recursos hídricos y el suelo de las montañas. Los resultados de estos estudios demuestran que el suministro del agua para el consumo humano, la energía hidroeléctrica, la irrigación y la industria dependen de las condiciones de la criósfera (los glaciares, el permafrost y la nieve) y de los patrones de transporte de sedimentos.

Toma de muestras de sedimentos en la laguna Parón (Huaylas, Perú, 2016) para estudiar la redistribución de sedimentos en la cordillera de los Andes tras el retroceso de los glaciares (Fotografía: Autoridad Nacional del Agua, Perú)
Toma de muestras de sedimentos en la laguna Parón (Huaylas, Perú, 2016) para estudiar la redistribución de sedimentos en la cordillera de los Andes tras el retroceso de los glaciares (Fotografía: Autoridad Nacional del Agua, Perú)

El análisis isotópico de muestras de diferentes partes del mundo permite hacer previsiones de los cambios futuros, con el objetivo de apoyar a las autoridades locales para que formulen estrategias de adaptación adecuadas y basadas en datos científicos.

El análisis isotópico de muestras de diferentes partes del mundo permite hacer previsiones de los cambios futuros

Fortalecimiento de la calidad del suelo y de la biodiversidad

La creciente demanda de alimentos tiene consecuencias negativas en los ecosistemas agrícolas, ya que los cultivos intensivos agotan los recursos naturales. A través del programa de cooperación técnica del OIEA, los agricultores aprenden a optimizar el uso de fertilizantes, a cultivar en condiciones de escasez de agua y a luchar contra las plagas sin productos químicos o con un uso reducido de los mismos. La aplicación de la irradiación para crear nuevas variedades de cultivos con mayor resistencia al cambio climático y a las enfermedades también contribuye a la seguridad alimentaria mundial.

Philippe Nikiema, investigador del Instituto del Medio Ambiente y de Investigación Agrícola de Burkina Faso, expone sus resultados sobre las nuevas líneas de sorgo resistentes a la planta parasitaria striga a sus colegas del Laboratorio de Fitomejoramiento y Fitogenética del OIEA y la FAO en Seibersdorf (Austria). (Fotografía: A. Ghanim/OIEA)
Philippe Nikiema, investigador del Instituto del Medio Ambiente y de Investigación Agrícola de Burkina Faso, expone sus resultados sobre las nuevas líneas de sorgo resistentes a la planta parasitaria striga a sus colegas del Laboratorio de Fitomejoramiento y Fitogenética del OIEA y la FAO en Seibersdorf (Austria). (Fotografía: A. Ghanim/OIEA)

Los análisis de isótopos estables son tecnologías consolidadas y de eficacia comprobada que contribuyen a la tan necesaria conservación y protección de la fauna silvestre”, considera Leonard Wassenaar, Jefe del Laboratorio de Hidrología Isotópica del OIEA. “El estudio de la migración de los animales puede ayudar a las autoridades a fortalecer la protección de las zonas donde se reproducen”. En México, por ejemplo, la tala ilegal afecta a las poblaciones de la mariposa monarca, cuya ruta migratoria se trazó con ayuda de técnicas isotópicas y de la Red Mundial sobre Isótopos en la Precipitación.

Los análisis de isótopos estables son tecnologías consolidadas y de eficacia comprobada para la conservación y protección de la fauna silvestre

Lucha contra la acidificación y la contaminación de los océanos

Los océanos y mares, que cubren el 70% de la superficie terrestre, generan gran parte del oxígeno que respiramos. Reducir la acidificación y la contaminación de los océanos es fundamental para restaurar los ecosistemas.

El OIEA produce materiales bibliográficos y ayuda a los laboratorios del mundo a generar datos fiables. Este apoyo contribuye a la lucha contra la contaminación por plásticos y las floraciones de algas nocivas, entre otros problemas que se presentan en los ecosistemas marinos. En América del Sur se estudian la polución por microplásticos en el océano Pacífico tropical oriental y los sedimentos en el mar Caribe con técnicas isotópicas.

Además de proveer alimento para los peces, los ecosistemas costeros absorben y almacenan eficazmente el carbono de la atmósfera (Fotografía: P. Swarzenski/OIEA)
Además de proveer alimento para los peces, los ecosistemas costeros absorben y almacenan eficazmente el carbono de la atmósfera (Fotografía: P. Swarzenski/OIEA)

En América del Sur se estudian la polución por microplásticos en el océano Pacífico tropical oriental y los sedimentos en el mar Caribe con técnicas isotópicas

Los ecosistemas costeros absorben el carbono que llega al mar. Su mantenimiento y restauración es fundamental para reducir la acidificación de los océanos. Los científicos del OIEA participan en una investigación internacional relacionada con la gestión de los ecosistemas costeros y, más particularmente, con la restauración de los manglares y las praderas marinas.

Esta labor de investigación para la aplicación de técnicas nucleares en el mantenimiento de los distintos ecosistemas terrestres, junto con la cooperación de los países participantes, contribuye al logro de los objetivos pactados en el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.

Fuente: OIEA

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