
Almaraz II recarga combustible con 1100 trabajadores adicionales a la plantilla habitual
La 26ª parada de recarga de combustible de Almaraz II contempla la ejecución de 13.500 actividades programadas. Tendrá una duración de 37’5 días y contará, junto a los trabajadores habituales, con más de un millar de empleados adicionales de hasta 70 empresas colaboradoras especializadas. La prioridad de Centrales Nucleares Almaraz-Trillo es garantizar la salud de todos los trabajadores frente a la pandemia.
El 13 de marzo a las 20:00 horas la unidad II de la central nuclear de Almaraz se desconectó de la red eléctrica para iniciar los trabajos correspondientes a su 26º recarga. Para este periodo se han reforzado las medidas de protección y prevención con el objetivo de garantizar la seguridad de los profesionales y de la planta frente a la COVID 19, explican desde Centrales Nucleares Almaraz-Trillo (CNAT).
La recarga tendrá una duración de 37’5 días y para realizar las actividades programadas se han incorporado más de 1.100 trabajadores adicionales a la plantilla habitual de unas 70 empresas colaboradoras especializadas, la mayoría de estos profesionales proceden del entorno de la central.
La parada de recarga de Almaraz II contempla la ejecución de 13.500 actividades programadas
El programa de esta 26ª recarga de Almarz II, informa el comunicado, “contempla la ejecución de más de 13.500 actividades de mantenimiento, entre las que destacan la renovación de los elementos combustibles, la inspección por ultrasonidos de la brida y penetraciones del fondo de la vasija, la inspección por corrientes inducidas de los tubos de los generadores de vapor, la implantación de sellos pasivos en las bombas principales de refrigeración, la sustitución de las válvulas de seguridad del presionador, la revisión de las válvulas de parada y control de la turbina de alta presión y de las válvulas interceptoras y de regulación de la turbina de baja presión, así como la ejecución de pruebas requeridas por las especificaciones técnicas de funcionamiento y la revisión de instalaciones, equipos y componentes necesarios para asegurar el correcto funcionamiento de la planta durante los próximos 18 meses del siguiente ciclo de operación. También está prevista la implantación de 23 modificaciones de diseño, entre ellas las ligadas a requisitos y compromisos con el Consejo de Seguridad Nuclear”.
Medidas frente a la COVID-19
Siguiendo el ejemplo de lo que se hizo en la recarga de la unidad I en abril de 2020, se van a reforzar todas las medidas de prevención para proteger a las personas frente al riesgo de contagio. Entre otras acciones orientadas a la protección de la salud, se distribuirán los trabajos en turnos para reducir el número de personas con presencia simultánea en planta, se limitarán los aforos en zonas compartidas y se procederá a la bunquerización de la sala de control.
La salud de los trabajadores es prioritaria durante la recarga de la unidad II de la central nuclear de Almaraz
Además, se establecerán controles de acceso a la instalación (control de temperatura y pruebas rápidas de diagnóstico al personal según criterio médico) y se aplicarán diferentes medidas de higienización y desinfección de zonas comunes.
Por su parte, los trabajadores dispondrán de los equipos de protección necesarios para la realización de sus tareas de forma segura (protección respiratoria, pantalla facial, etcétera...) para proteger su salud y la de sus entornos familiares, minimizando posibles contagios y garantizando en todo momento la operación segura y fiable de las centrales.
Servicio esencial
La central de Almaraz es una infraestructura crítica que continúa garantizando un servicio esencial como es la energía eléctrica al país, gracias al trabajo y compromiso de sus profesionales. “En el año 2020, la instalación extremeña ha suministrado más del 6 % de toda la electricidad consumida en España”, explican desde Almaraz.
Almaraz es una instalación nuclear de referencia gracias a sus inversiones en mejoras y seguridad
Con un riguroso sistema de control basado en evaluaciones externas y auditorias, la central extremeña es una instalación de referencia mundial, puntera tecnológicamente, segura y fiable. En los últimos 10 años se han invertido más 600 millones de euros en la mejora de la seguridad, aumento de potencia, actualización, modernización y ejecución de los compromisos post-Fukushima.