
Juan José Gómez Cadenas
Físico, divulgador y escritor“La energía nuclear aporta ciertas ventajas, como la estabilidad de producción”
Juan José Gómez Cadenas es físico, divulgador y escritor. Considera que “el conocimiento es libertad” y cree firmemente en que “es necesario invertir de manera sostenida y coherente en ciencia”. Piensa, también, que “se necesitan programas inteligentes de captación de talento, así como eliminar las infinitas trabas burocráticas a las que se enfrentan los investigadores”.
En esta entrevista hablamos de su libro publicado hace una década, “El Ecologista Nuclear” y de muchos temas más, cómo el proyecto NEXT que dirige desde el Laboratorio Subterráneo de Canfranc. El desarrollo nuclear lo ve principalmente en China y otros países de Asia y cree que “la energía nuclear aporta ciertas ventajas, como la estabilidad de producción”.
Comenta en su cuenta Twitter que ha estado apoyando a frenar la pandemia. ¿De qué forma lo ha hecho y cómo ha vivido esta situación?
De varias maneras. Como científico, estoy involucrado en dos líneas. Por una parte, el desarrollo de nuevos sensores para detectar virus (no sólo el SARS-COV-2, pero por supuesto con énfasis en este), de muy alta sensibilidad, que eventualmente puedan utilizarse para test masivos, por ejemplo, en aeropuertos. Estos sensores están basados en técnicas físico-químicas. Muy brevemente, diseñamos una “red” para atrapar el virus consistente en una superficie funcionalizada con anticuerpos o proteínas específicas, y luego saturamos los virus atrapados con anticuerpos dopados con un fluoróforo que podemos iluminar. Esto nos permite, en principio, contar virus de uno en uno. Todo este trabajo es una colaboración entre mi centro, el Donostia International Physics Center (DIPC), la Universidad del País Vasco, el Centro de Física de Materiales de Donosti y otros centros punteros del País Vasco, como Biogune, además de varios hospitales. Hemos ganado una financiación importante de la diputación de Guipúzcoa para acometer el proyecto.
Junto a ello, estoy involucrado en estudios de análisis estadístico y numérico de la evolución de la pandemia, en colaboración con científicos de la Universidad de Valencia y la de Santiago.
Como divulgador, he escrito toda una serie de artículos en JotDown, que en breve se recogerán en un pequeño libro.
Más que nunca, tras esta crisis, se ha demostrado la importancia de los sanitarios, los científicos y la investigación y el desarrollo. ¿Qué opina y cómo cree que se puede impulsar la I+D+i y el freno de la fuga de talentos?
Para empezar, invirtiendo de manera sostenida y coherente en ciencia, tanto aplicada como fundamental. Pedro Miguel Echenique, presidente del Donostia International Physics Center sostiene que no hay que distinguir entre ciencia aplicada y ciencia básica, sino entre buena y mala ciencia.
Además, se necesitan programas inteligentes de captación de talento, así como eliminar las infinitas trabas burocráticas a las que se enfrentan los investigadores.
“Se necesitan programas de captación de talento, así como eliminar las infinitas trabas burocráticas a las que se enfrentan los investigadores”
Un buen ejemplo, a mi modo de ver, es la inversión sostenida en Ciencia que se ha realizado en Euskadi a lo largo de más de una década y, en particular, el tremendo éxito del programa Ikerbasque que permite al País Vasco atraer y mantener talento. Yo mismo soy un ejemplo. Hace algo más de dos años decidí “fichar” por el DIPC como profesor Ikerbasque porque evalué que el apoyo a la investigación en Euskadi y, en particular, en el DIPC valía la pena el esfuerzo. Creo que no me equivoqué. El resultado, hasta ahora, ha sido extraordinario. Vale la pena resaltar que el director científico de Ikerbasque, Fernando Cossío, es un científico de primerísima línea, con quien he establecido una intensa colaboración (acabamos de publicar un Nature co-dirigiendo a un magnífico equipo interdisciplinar del País Vasco y con la importantísima colaboración de Pablo Artal y J.M. Bueno de la Universidad de Murcia). Es un buen ejemplo de un científico puntero involucrado en una institución dedicada a apoyar el I+D+i.
Dirige el experimento NEXT en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc. ¿En qué consiste este proyecto?
Sabemos que el universo está hecho casi exclusivamente de materia. Sin embargo, la gran explosión que lo inició debió crear iguales cantidades de antimateria. ¿Qué ocurrió con esta última? Un posible mecanismo apunta a la existencia de partículas -llamada de Majorana- capaces de desintegrarse tanto a materia como a antimateria y con la peculiaridad de favorecer ligeramente las desintegraciones a la primera. Estas partículas habrían introducido un pequeño exceso de quarks y leptones con respecto a sus antipartículas. Ese pequeño exceso habría resultado en el universo en el que vivimos.
Es posible demostrar que el neutrino es su propia antipartícula observando un raro tipo de proceso nuclear llamado desintegración doble beta sin neutrinos (bb0nu). Este proceso puede darse en algunos isótopos raros, como el Xenón-136. El experimento NEXT (localizado en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc -LSC) busca estas desintegraciones utilizando cámaras de gas a alta presión.
¿Qué resultados y objetivos buscan con este experimento y cuánta gente y países están implicados?
Queremos observar la desintegración bb0nu de un átomo de Xe-136, que resulta en la producción de un ion doblemente cargado de Ba-136 y dos electrones:
Xe à Ba2+ + 2e
NEXT se ha centrado, hasta el momento, en identificar los dos electrones, cuya observación proporciona una clara señal de la desintegración. Recientemente, hemos demostrado que también puede identificarse el átomo de Ba2+Nature (doi: 10.1038/s41586-020-2431-5). Tenemos todos los elementos para realizar un descubrimiento, pero ahora es necesario construir una versión más grande del detector que incorpore los avances tecnológicos que hemos hecho esta última década. Calculo que necesitaremos otros diez años… y mucha suerte.
Es, además de físico, divulgador y escritor. ¿Qué busca alcanzar gracias a la transmisión de su conocimiento?
El conocimiento es libertad. No en vano todas las sociedades represivas han intentado mantener ignorantes a sus súbditos. El conocimiento también es una ventana al asombro (el universo es maravilloso) y al agradecimiento (quien sabe, comprende la gran fortuna de estar aquí y ahora).
“El conocimiento es libertad. Es una ventana al asombro y al agradecimiento”
¿Es precisamente eso, difusión del conocimiento, divulgación e información lo que ha faltado para dar a entender la energía nuclear?
En parte. La energía nuclear tiene una historia compleja, que siempre se ha percibido asociada a intereses militares, por una parte, y a los intereses de la poderosa industria nuclear por otra. Desde hace muchas décadas se ha convertido en un blanco de manual, “un enemigo de libro” de las organizaciones ecologistas, en cuyo programa hay una campaña activa en contra de ella. No es fácil oponerse a este programa.
En su faceta divulgativa, publicó en 2010 el libro “El Ecologista Nuclear” (Espasa). ¿Qué le llevó a escribirlo y qué buscaba transmitir?
Fue una época en la que estaba bastante obsesionado con el problema de cómo reducir la dependencia de nuestra sociedad con los combustibles fósiles. La reflexión sobre el tema me llevó a pensar que la energía nuclear podía contribuir a un mix alternativo, que incluiría, por supuesto, también energía renovable. La energía nuclear aporta ciertas ventajas, como la estabilidad de producción que pueden compensar la variabilidad de las renovables.
“Escribí ‘El Ecologista Nuclear’ en un momento en el que estaba bastante obsesionado con la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles”
Como físico, ¿qué diría del funcionamiento de las centrales nucleares y de su seguridad?
Ya lo conté en “El Ecologista Nuclear”. Las seguridad de las centrales nucleares está basada, primero en los mecanismos físicos y segundo en una regulación (e implementación de esta) muy rigurosa. Por otra parte, cada accidente asociado con la energía nuclear se amplifica de manera desproporcionada.
“Cada accidente asociado con la energía nuclear se amplifica de manera desproporcionada”
El caso de Fukushima es paradigmático. Se trató de una catástrofe que costó quizás cien mil vidas humanas. El accidente nuclear apenas resultó en víctimas, pero la repercusión mediática (negativa) fue enorme. En parte, Fukushima demostró que una tecnología nuclear, que ya es un poco vetusta, podía fallar bajo condiciones extremas. Pero la histeria mediática que acompañó el accidente también demostró que la sociedad occidental esencialmente no tolera ningún fallo a la energía nuclear. Y no existe ninguna tecnología libre de fallos. Si la gente se negara a volar cada vez que hay un accidente aéreo, la aviación civil no existiría. A la energía nuclear le pasa un poco esto.
¿Cómo ve el futuro de la energía nuclear en España y en el mundo?
La veo declinar en Europa y en Estados Unidos, mantenerse o aumentar en China y otros países de Asia. No tengo una visión clara del futuro. Puede depender mucho de la política de China y de los resultados de la energía nuclear allí.
¿Le gustaría añadir algo más y compartir con los lectores algunas de las actividades que realiza en su tiempo libre?
Es domingo por la mañana y en cuanto acabemos la entrevista me voy a nadar al mar dos o tres kilómetros con el club de natación al que pertenezco. Mis aficiones son simples. Deporte (nadar, correr), ajedrez, los buenos libros, la familia... Tengo poco tiempo libre, pero lo aprovecho bien. Me considero una persona muy afortunada y estoy agradecido por ello. Conecta con la primera pregunta, sobre el conocimiento.